Cientos de inmigrantes, activistas de grupos civiles y religiosos marcharon por Miami para exigirle al Congreso y al presidente en EE.UU. avances en la reforma migratoria integral.
¡Basta de la discriminación, de deportaciones y basta de palabras!: fueron los principales lemas del evento, marcado con una alta presencia de indocumentados jóvenes. Insistieron en que su condición deje de ser temporal, se convierta en legal y que puedan estar tranquilos por su seguridad.
El alcalde de Miami, Tomás Regalado, se unió a ese mensaje común, al admitir que "los inmigrantes no son enemigos de la sociedad, sino, al contrario, quieren contribuir a la sociedad".
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